“¿Cuáles
fueron los cambios fundamentales en la política económica desde 1945? En lo que
se refiere a la Europa occidental, los cambios más sobresalientes fueron los
siguientes. Primero, frente a los tratados de paz de 1919, en 1945 los aliados
que ganaron la Segunda Guerra Mundial prescindieron de cualquier revanchismo y
evitaron ahogar, política y económicamente, a los vencidos […]. Segundo, frente
al abstencionismo del Estado ante los problemas económicos del período de
entreguerras, los gobiernos democráticos surgidos de la Segunda Guerra Mundial
trataron de proteger a los ciudadanos europeos de la inestabilidad de los
mercados (de la inflación y del desempleo) […] y las graves secuelas de la gran
depresión de la década de 1930 sobre la economía, los empresarios y los
trabajadores. Tercero, los gobiernos también intentaron mantener los ingresos
de los agricultores para evitar las desastrosas consecuencias, económicas y
políticas, que la caída de los precios agrarios había tenido sobre amplias
capas de la población en el período de entreguerras. Cuarto, […] la
conveniencia de normalizar las relaciones económicas internacionales, de manera
que propusieron la liberalización del comercio exterior y el establecimiento de
un sistema monetario internacional con tipos de cambios fijos. Un quinto cambio
reseñable en la Europa occidental concernió a algunos partidos y sindicatos
comunistas que optaron por el pragmatismo y el reformismo, luchando por el
pleno empleo, la estabilidad de los precios, la reconstrucción y el crecimiento
económico, y postergando la revolución para liquidar el capitalismo. Aquel cambio
de orientación de los líderes comunistas surgió como reacción frente al
autoritarismo de Moscú, pero también fue una estrategia para evitar su
marginación política, dado que, como veremos, habían sido apartados de los
gobiernos, por imposición americana, en los países que optaron a las ayudas del
Plan Marshall.
Naturalmente,
los políticos americanos también llegaron a conclusiones similares sobre la
necesidad de corregir los errores del pasado. […] Estados Unidos amplió su
ventaja sobre Europa, y al final asumió el liderazgo político del mundo
occidental. […] Estados Unidos impulsó los acuerdos internacionales tendentes a
promover la cooperación internacional en las cuestiones comerciales y
financieras. Es más, después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos
decidió intervenir para ayudar a Europa y tratar de impedir que hubiera más
guerras internas en este continente. […]. Por otro lado, el gobierno americano
se comprometió a controlar militarmente la Europa de la posguerra, y sus tropas
siguieron estacionadas en este continente. Esto fue posible porque, a cambio de
las ayudas económicas concedidas por el Plan Marshall, Estados Unidos exigió
reformas económicas y concesiones militares (las bases americanas) a los
gobiernos europeos. De manera que la nueva doctrina Truman impulsó la
integración europea con dos objetivos elementales: crear una muralla defensiva
frente a la amenaza soviética y promover la creación del mercado europeo, que
podría fomentar las exportaciones americanas.”
Comín Comín, F., Historia
económica mundial. De los orígenes a la actualidad, Editorial Alianza, España,
2014, pp. 569-570