EL MOVIMIENTO ECOLOGISTA
"Creo que el valor principal defendido por los ecologistas es la autonomía. Por ello, defendemos una sociedad en la que los productores y los consumidores estén lo menos separados posible, una sociedad en la que el mercado —tanto si se trata del mercado libre como del mercado centralizado y planificado— no sea el centro integrador de la sociedad. [...]
Hasta ahora había en Francia un consenso basado en tres grandes pilares. El primero consistía en decir que el objetivo principal de la sociedad era la producción; y esta concepción llevaba a otorgar un puesto eminente en la sociedad a los productores, a quienes transforman la naturaleza. La concepción alternativa que defendemos consiste en afirmar que lo esencial de la sociedad son las relaciones sociales, la buena salud, la disposición de un marco de vida agradable, un consumo reducido —es decir, un consumo que no sea solamente la destrucción de las mercancías, sino que sepa para qué sirven las cosas. Por consiguiente, en este terreno, el primer objetivo es luchar contra el productivismo, a favor de una sociedad que no sea productivista, de una sociedad que sea más contemplativa.
El segundo tema de consenso en Francia era la consideración de la nación como la referencia suprema y última de todas las actividades. También aquí el consenso se ha roto, y cada vez se presta más atención a las comunidades más reducidas y a las comunidades más amplias, a los bretones, a los corsos, etcétera, por un lado, y a la Comunidad Europea, al Tercer Mundo, a la comunidad mundial, por otro. Es decir, el sentimiento unitario se ha roto, y no se concibe que tenga un valor universal. Esto es un éxito, y refleja la segunda opción alternativa, que es una opción contra el nacionalismo. Y el tercer pilar del consenso era el Estado: el papel integrador del Estado, considerado como el único motor, o como el motor principal de la sociedad.
También esto ha terminado. Hay que buscar nuevas formas de representación distintas al Estado, formas de democracia directa; porque la democracia directa no es un mito, es una forma política que puede funcionar de una manera muy simple, al lado de otras formas de representación. En conjunto, sobre estas tres grandes ideas se desarrolla en este momento el pensamiento político del movimiento ecologista».
Brice Lalonde: «La ecología al poder», entrevista publicada en El Viejo Topo, 1981