EL MAYO FRANCÉS
"El movimiento estudiantil muestra claramente que estamos más allá de una simple crisis de la Universidad: pone en cuestión los fundamentos mismos de nuestra sociedad.
No es suficiente explicar el movimiento actual por la voluntad de abolir un régimen o por las contradicciones internas del capitalismo. Nuestra contestación pone en cuestión:
— Una cultura concebida como patrimonio de los privilegiados, como una garantía de promoción social reservada a unos pocos, y no como un medio de producción humana accesible a todos.
— Pero también el conjunto de las relaciones humanas —políticas, económicas y sociales— que sirven de fundamento a la sociedad actual.
— Un mundo dedicado exclusivamente al consumo, beneficioso para una minoría, que se esfuerza en arrastrar a la masa hacia él, haciéndole creer que el problema del hombre depende únicamente del aumento de su bienestar.
Sin embargo: no se trata de rechazar el progreso de las técnicas, ni la socialización creciente de la sociedad.
¡Estos fenómenos son irreversibles!
Es preciso encontrar:
— Las actitudes y los medios que permitan a cada uno no dejarse mutilar por los condicionamientos actuales.
— Nuevas formas de expresión de la libertad y de la creatividad de cada uno."
Manifiesto de la Facultad de Letras, Universidad de Nanterre, Francia, mayo de 1968
"ESTUDIANTES Y OBREROS: ¡VUESTRA LUCHA ES NUESTRA LUCHA!
Nosotros ocupamos las facultades, vosotros ocupáis las fábricas. ¿Peleamos unos y otros por la misma cosa? [...]
Exigís el salario mínimo de 1.000 francos en la región parisina, la jubilación a los sesenta años, la semana de cuarenta horas pagadas como la actual de cuarenta y ocho.
Son reivindicaciones justas y antiguas. Sin embargo, parecen no tener relación con nuestros objetivos. Pero de hecho, ocupáis las fábricas, tomáis a los patronos como rehenes, hacéis huelgas sin preaviso. Estas formas de lucha han resultado posibles gracias a largas luchas llevadas a cabo con perseverancia en las empresas, y también gracias a los combates recientes de los estudiantes.
Tales luchas son más radicales que vuestras legítimas reivindicaciones, porque no buscan sólo una mejora de la situación de los trabajadores en el sistema capitalista, sino que suponen la destrucción de dicho sistema. Son políticas en el auténtico sentido de la palabra: no lucháis para cambiar el primer ministro, sino para que el patrón deje de tener el poder en la empresa y en la sociedad. La forma de vuestra lucha nos ofrece a los estudiantes el modelo de la actividad realmente socialista: la apropiación de los medios de producción y el poder de decisión por los trabajadores.
Vuestra lucha y la nuestra son convergentes. Es necesario destruir todo lo que nos aísla a unos de otros (las costumbres, los periódicos, etc.). Hay que establecer una ligazón entre las empresas y las facultades ocupadas.
¡VIVA LA UNIFICACIÓN DE NUESTRAS LUCHAS!"
Panfleto del Movimiento 22 de marzo, París, 1968