EL CASO WATERGATE
“Sin duda, gran parte de este ambiente de hostilidad hacia el gobierno y el mundo de los negocios nacía de la guerra de Vietnam, con sus 55.000 víctimas, su verguenza moral y la exposición de mentiras y atrocidades gubernamentales que había generado.
Además de esto, también jugó un papel importante la deshonra política de la administración Nixon debido a los escándalos que se conocerían con la etiqueta de una sola palabra: Watergate, y que en agosto de 1974 causaron la dimisión histórica de Richard Nixon, la primera dimisión de un presidente que se producía en la historia americana.
El asunto de Watergate comenzó durante la campaña presidencial de junio de 1972, cuando arrestaron a cinco ladrones provistos de material para realizar escuchas ilegales y equipo fotográfico, tras ser sorprendidos en el momento de entrar en las oficinas del Comité Demócrata Nacional, en el complejo de apartamentos de Watergate, en Washington. Uno de los cinco, James McCord, Jr., trabajaba para la campaña de Nixon, era agente de "seguridad" al servicio del Comité de Reelección del Presidente (CREEP). Otro de los cinco ladrones llevaba una agenda en la que aparecía el nombre de E. Howard Hunt, cuya dirección era la Casa Blanca. Hunt era ayudante de Charles Colson, consejero especial del presidente Nixon.
Tanto McCord como Hunt habían trabajado durante muchos años al servicio de la CIA. Hunt era el agente de la CIA encargado de la invasión de Cuba en 1961, y tres de los ladrones de Watergate eran veteranos de dicha invasión. McCord, como agente de seguridad del CREEP, trabajaba a las órdenes del jefe del CREED John Mitchell, que era el ministro de Justicia de los Estados Unidos.
Así que, dado que se trataba de un arresto imprevisto por parte de policías que no estaban al corriente de las altas conexiones de los ladrones, la información llegó a oídos del público antes de que nadie pudiera impedirlo. Se vinculaba a los ladrones con importantes cargos del comité de campaña de Nixon, con la CIA y con el ministro de Justicia de Nixon. Mitchell negó cualquier conexión con el robo, y Nixon, en una conferencia de prensa cinco días más tarde, dijo que "la Casa Blanca no ha tenido nada que ver con este incidente en particular".
Lo que siguió al año siguiente, después de que en septiembre un jurado de acusación procesara a los ladrones de Watergate -junto a Howard Hunt y G. Gordon Liddy- fue que los oficiales de menor grado de la administración Nixon, temiendo ser procesados, empezaron, uno tras otro, a "cantar". Dieron información, en procedimientos judiciales, a un comité de investigación del Senado y a la prensa. Implicaron no sólo a John Mitchell, sino también a Robert Haldeman y a John Erlichman, los ayudantes más próximos a Nixon en la Casa Blanca. Finalmente implicaron al propio Richard Nixon. No sólo tenía que ver con los robos de Watergate, sino con toda una serie de acciones ilegales contra oponentes políticos y activistas pacifistas. Nixon y sus ayudantes mintieron una y otra vez en el intento de ocultar su participación.
Varios testimonios sacaron a la luz los siguientes datos:
1. La Gulf Oil Corporation, la ITT (Compañía Internacional de Telégrafos y Teléfonos) y la American Airlines, además de otras grandes corporaciones americanas, habían hecho contribuciones ilegales -de millones de dólares- a la campaña de Nixon.
2. En septiembre de 1971, poco después de que el New York Times publicara las copias de los informes clasificados suministradas por Daniel Ellsberg -los Pentagon Papers- la administración planeó y llevó a cabo con la participación personal de Howard Hunt y Gordon Liddy, un robo en la oficina del psiquiatra de Ellsberg, en busca de su historial.
3. Después del arresto de los ladrones de Watergate, Nixon les prometió en secreto que les otorgaría clemencia ejecutiva si aceptaban ir a la cárcel, y sugirió que se les daría hasta un millón de dólares si se mantenían en silencio. De hecho, se les entregaron 450.000 dólares por orden de Erlichman.
4. Se descubrió que había desaparecido cierto material de los archivos del FBI. Se trataba de material asociado con una serie de escuchas telefónicas ilegales ordenadas por Henry Kissinger y llevadas a cabo en las líneas de cuatro periodistas y trece altos cargos del gobierno. Este material se encontraba en la Casa Blanca, en la caja fuerte del consejero de Nixon John Erlichman.
5. Uno de los ladrones de Watergate -Bernard Barker- contó al comité del Senado que también había estado implicado en un plan para atacar físicamente a Daniel Ellsberg, cuando éste estuviera hablando en una reunión pacifista en Washington.
6. Un testigo contó al comité del Senado que el presidente Nixon tenía grabaciones de todas las conversaciones privadas y todas las llamadas telefónicas de la Casa Blanca. Nixon se negó en un principio a entregar las cintas, y cuando accedió, habían sido amañadas: habían sido borrados 18 minutos y medio en una cinta.
7. En medio de todo esto, el vicepresidente de Nixon -Spiros Agnew- fue procesado en Maryland por recabar sobornos de contratistas de Maryland a cambio de favores políticos. Esto le llevó a presentar su dimisión de la vicepresidencia en octubre de 1973. Nixon nombró al congresista Gerald Ford para ocupar el puesto de Agnew.
8. Nixon se había acogido ilegalmente valiéndose de falsificaciones a una deducción de impuestos por valor de 576.000 dólares.
9. Se reveló que durante más de un año (entre 1969 y 1970) Estados Unidos había realizado bombardeos secretos y masivos en Camboya, hecho que se había ocultado al público americano e incluso al Congreso.
Fue una caída rápida y repentina. En las elecciones presidenciales de noviembre de 1972, Nixon y Agnew habían obtenido el 60% del voto popular y el apoyo de todos los estados excepto el de Massachusetts, derrotando a un candidato posicionado contra la guerra, el senador George McGovern. Una encuesta popular de junio de 1973 mostraba que el 67% de los encuestados pensaba que Nixon estaba involucrado en el robo de Watergate o mentía para encubrirlo.
A principios de 1974, un comité de la Cámara preparó la documentación para presentar un voto de censura ante el pleno. Los consejeros de Nixon le avisaron que el voto de censura conseguiría la mayoría requerida en la Cámara y que luego el Senado votaría la mayoría de dos tercios necesaria para destituirle del cargo. Un financiero de relieve dijo "En este momento, el 90% de Wall Street se alegraría si Nixon dimitiera". El 8 de agosto de 1974, Nixon dimitió.
Gerald Ford, que ocupó el cargo de Nixon, dijo "Nuestra larga pesadilla nacional ha terminado".”
Zinn, Howard, La otra Historia de los Estados Unidos. Desde 1492 hasta el presente, Argitaletxe HIRU, España, 2005, pp. 499-502