MOVIMIENTO SIONISTA
Theodor Herzl (1860-1904), fundador del sionismo moderno. En 1896 publicó "El Estado judío", en el que proponía la creación de un Estado independiente judío en Palestina, para acabar con el antisemitismo. Con tal objetivo creó la Organización Mundial Sionista en 1897
"Nuestra personalidad como pueblo es históricamente famosa y, a pesar de todas las humillaciones, alta, como para que fuera de desea su hundimiento. Pero quizá podríamos desaparecer sin dejar huella entre los pueblos circunvecinos si se nos dejara en paz durante dos generaciones. Pero no se nos dejará en paz. Tras breves períodos de tolerancia despierta siempre de nuevo la enemistad contra nosotros. Nuestro bienestar parece que tiene algo de provocante, porque el mundo estuvo acostumbrado durante siglos a ver en nosotros los más despreciables de entre los pobres. [...]
Somos un pueblo -el enemigo nos hace sin nuestra voluntad-, como ha sido durante toda la historia. En el apuro estamos todos unidos y allí descubrimos de repente nuestra fuerza. Sí, tenemos la fuerza para formar un Estado y, a la verdad un Estado modelo. Tenemos todos los medios humanos y materiales necesarios. [...]
EL PLAN
El plan entero es en su forma fundamental enormemente sencillo y de debe serlo si debe ser comprendido por todos los hombres.
Si se nos diera la soberanía sobre un trozo de la superficie de la tierra, suficiente para nuestras justas necesidades como pueblo, de todo lo demás nos ocuparíamos nosotros mismos.
[...] Procurarnos una soberanía interesa vivamente a los gobiernos de los países con antisemitismo. [...]
La emigración de los judíos, como ha sido dicho, no ha de concebirse como una emigración repentina. Será progresiva y durará decenios. Primero partirán los más pobres que harán la tierra cultivable. Construirán, siguiendo un plan previo, carreteras, puentes, ferrocarriles, teléfonos, regularán los ríos y se harán sus propias residencias. Su trabajo traerá tráfico, el tráfico los mercados, los mercados atraerán a nuevos colonos. Pues todos vendrán libremente, por su cuenta y riesgo. [...]
Los judíos, que se reconozcan de nuestra idea del Estado, han de reunirse en torno a la Society of Jews. Ésta recibirá así la autoridad para hablar y tratar con los gobiernos en nombre de los judíos. [...]
Dos países entran en consideración: Palestina y Argentina. [...]
La Society of Jews tratará con las actuales autoridades del país y ciertamente bajo el protectorado de las naciones europeas si están suficientemente ilustradas sobre la causa. Nosotros podemos ofrecer a las actuales autoridades del país inmensas ventajas, podemos tomar sobre nosotros una parte de su deuda pública, construir caminos que nosotros necesitamos y muchas otras cosas. Con el solo nacimiento del Estado judío, se revalorizarían los países vecinos, porque tanto en grande como en pequeño el cultivo de una tierra aumenta el valor de todas las cercanías.
PALESTINA O ARGENTINA
¿Se ha de preferir Palestina o Argentina? La Society of Jews aceptará lo que se le dé y lo que apruebe la opinión pública del pueblo judío. [...]
Palestina es nuestra inolvidable patria histórica. Solo este nombre tendría suficiente capacidad de convocatoria para nuestro pueblo. Si su Majestad el Sultán nos diera Palestina, podríamos comprometernos a sanear completamente las finanzas de Turquía. Para Europa seríamos allí una pieza del muro frente a Asia, nos preocuparemos de ser avanzadas de la cultura entre la barbarie.. Permaneceremos unidos, como Estado neutral, con toda Europa, que debería garantizar nuestra existencia. [...]"
FUENTE: Valle, C., "Sionismo y cuestión judía", Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba, 1976, pp. 150-160