LA "COEXISTENCIA PACÍFICA"


 “La primera transformación de peso operada por la política exterior soviética en los años posteriores a la muerte de Stalin fue la derivada de la introducción de un nuevo concepto: el de “coexistencia pacífica”. Enunciada por Malenkov en 1953, respaldada por Jruschov en 1956 y ratificada, en los hechos, por Brézhnev en los decenios de 1960 y 1970, de acuerdo con una declaración suscrita en noviembre de 1960 por una treintena de partidos comunistas

“[…] la coexistencia pacífica de países con diferentes sistemas sociales no significa la conciliación de las ideologías socialista y burguesa. Muy al contrario, remite a la intensificación de la lucha de la clase trabajadora, de todos los partidos comunistas, por el triunfo de las ideas socialistas. Pero las disputas ideológicas y políticas entre los Estados no deben resolverse por medio de la guerra”[i]

Elementos fundamentales de la nueva concepción era el rechazo de la inevitabilidad de la guerra, la convicción de que la diplomacia podía dar satisfacción a todos y cada uno de los objetivos de la política soviética y, en fin, la certificación de que, pese a lo anterior, el enfrentamiento entre bloques tan sólo llegaría a su fin una vez el bloque socialista, inherentemente superior, se hubiese impuesto en todo el planeta.

En estrecha relación con lo anterior, un elemento importante en la política de Jruschov lo fueron los recortes efectuados en el gasto militar, iniciados ya en 1953 y 1954. Jruschov respaldó también una reducción en el número de efectivos de las fuerzas armadas, que entre 1955 y 1955 descendió desde 5.763.000 hasta tan sólo 3.623.000. las nuevas reducciones anunciadas en 1960 – esta vez de 1.200.000 millones de efectivos- se vieron frenadas cuando se hicieron notar la perspectiva de un enfrentamiento con China y las crisis de Berlín y Cuba. De resultas de estos nuevos datos, y por lo que parece, el gasto militar subió de manera espectacular y contribuyó a acelerar la manifestación de un sinfín de problemas económicos. En el trasfondo de estos avatares, Jruschov había apostado con claridad por las unidades de misiles estratégicos -configuraron un servicio separado a finales de 1959- en menoscabo de las fuerzas convencionales. Esta apuesta, que suscitó quejas en la cúpula militar, se acompañaba de otras que dibujaban la precipitación de una política que entre otras cosas, y siempre en opinión de la cúpula mencionada, no incorporaba medidas que permitiesen la integración, en la economía civil, de los militares licenciados. Los conflictos con la cúpula militar fueron, en fin, muchos durante la era jrushchoviana, en la que encontraron su manifestación más espectacular en la destitución del Mariscal Yúkov […]”

Taibo, C., Historia de la Unión Soviética. 1917-1991, Alianza Editorial, España, 2010, pp. 216-217



[i] Mooney Peter, J., The Soviet Superpower. The Soviet Unin, 1945-80, Heinemann, Londres, 1982, 102

 

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