EL ESTADO DE BIENESTAR
“Fue uno de los pilares fundamentales del contrato social de la posguerra, que articuló tres intervenciones claves, por un lado, el gasto público contribuyó al aumento de las tasas de beneficios privadas mediante la concesión de subvenciones, la nacionalización de sectores ineficientes y la creación de empresas públicas que, por su alta composición orgánica de capital, exigían elevadas inversiones. Por otro, la planificación indicativa racionalizó la asignación de recursos vía las directivas de la burocracia estatal y las intervenciones anti cíclicas –evitar la recesión o frenar la inflación- a través de las políticas monetarias, fiscales y crediticias. Por último, los programas de seguridad social generan condiciones favorables para la relativa desmercantilización de la fuerza laboral.
La desmercantilización se produce cuando el Estado presta un servicio como un asunto de derecho y cuando una persona, durante un lapso de tiempo y por determinadas causas, puede sostener una vida digna sin depender del mercado. Sobre la base del grado de desmercantilización existe un destacado consenso que reconoce tres tipos principales de estado de bienestar: el liberal, que se limita a ayudar a los pobres; el conservador, que refuerza la familia a través de la asignación de servicios a los trabajadores como jefe de hogar, y el socialdemócrata, que impulsa el pleno empleo de hombre y mujeres y brinda servicios sociales de alta calidad al conjunto de la población”.
FUENTE: M. D. Béjar, Historia del siglo XX. Europa, América, Asia, África y Oceanía, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2012, p. 236