CUBA, LA URSS Y EEUU


“[…] todo empujaba al movimiento castrista en dirección al comunismo desde la ideología revolucionaria general de quienes estaba prestos a sumarse a insurrecciones armadas guerrilleras, hasta el apasionado anticomunismo del imperialismo estadounidenses en la década del senador Mc Carthy, que hizo que los rebeldes antiimperialistas latinoamericanos miraran a Marx con más simpatía.

La guerra fría hizo el resto. Si el nuevo régimen se oponía a Estados Unidos, y seguramente se opondría, aunque solo fuera amenazando las inversiones estadounidenses en la isla, podía confiar en la segura simpatía y el apoyo de su gran antagonista. Además, la forma de gobernar de Fidel, con monólogos informales ante millones de personas, no era un modo adecuado para regir ni siquiera un pequeño país o una revolución por mucho tiempo. Incluso el populismo necesitaba organización. El Partido Comunista era el único organismo del bando revolucionario que podía proporcionársela. Las dos se necesitaban y acabaron convergiendo. Sin embargo, en marzo de 1960, mucho antes de que Fidel descubriera que Cuba tenía que ser socialista, y que él mismo era comunista aunque a su manera, los Estados Unidos habían decidido tratarle como tal, y se autorizó a la CIA a preparar su derrocamiento […] Una Cuba comunista pudo sobrevivir, […] aislada por el bloqueo estadounidense y cada vez más dependiente de la Unión Soviética”.

 FUENTE: Hobsbawm, E., Historia del Siglo XX, Crítica, Barcelona, 1996

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