REVOLUCIÓN CUBANA: NACIONALIZACIONES
"Al
principio las relaciones con todos los sectores
sociales eran muy buenas. La caída de Batista fue recibida con júbilo por todas las capas sociales,
puede decirse, sin excepción, excluyendo aquellos elementos comprometidos con el régimen
de Batistas, la gente que había hecho fortuna, dinero mal habido,
que había robado,
y algunos sectores
de la alta burguesía que habían estado
muy asociados al régimen de Batista. Pero podemos decir que el 95 por
ciento de la población, por lo menos –en aquella
época se hicieron
algunas encuestas-, recibió
con gran agrado, con gran alegría, el
triunfo, puesto que el régimen de Batista era muy odiado,
había cometido muchos abusos y muchos crímenes. El pueblo miró aquello […] con una gran satisfacción de haberse
liberado de aquel régimen
de terror que había durado siete años, especialmente los últimos años que fueron más sangrientos […]
[…] todos los bienes de la gente que había robado a lo largo de la tiranía fueron confiscados: fincas, negocios, industrias, todo lo que no se había podido llevar de aquí fue confiscado. No se quiso establecer la medida más allá del golpe de Estado de Batista […]
Lo segundo que hicimos, y eso también contó con el apoyo generalizado, fue llevar a los tribunales de justicia a todos los responsables de las torturas y crímenes que se había cometido, porque miles de personas habían muerto asesinadas y torturadas […]
Nosotros, desde antes del triunfo de la Revolución, en la Sierra Maestra, cuando éramos un embrión de Estado, hicimos las leyes penales previas para sancionar los crímenes de guerra […]
Cuando triunfa la Revolución, los tribunales de justicia del país aceptan aquellas leyes como leyes que tenían vigencia […] Algunos fueron sancionados a la pena capital y otros fueron sancionados a prisión.
Pues bien, ya aquello originó las primeras campañas en el exterior contra Cuba, especialmente en Estados Unidos […]
Después se promulgaron algunas leyes de tipo económico, como la de la rebaja de las tarifas eléctricas, que fueron reducidas casi a la mitad […] Otras medidas y leyes de Batistas que habían beneficiado a empresas transnacionales, como la Telefónica, también fueron anuladas. Ya es empezó a crear ciertos conflictos con empresas extranjeras en nuestro país. Después viene la rebaja de alquileres ya es fue una ley de carácter social y económico de mucha importancia. Se rebajan todos los alquileres a casi un 50% […]”
FUENTE: Betto, F., Fidel Castro y la religión, Ed. Pehuén, Santiago, 1988